Fragas aseveró que si bien en la isla "sí existe una demanda significativa de cirugías para agrandar el pene", en la práctica esas intervenciones "son escasas".
Según el especialista, "por fortuna" cuando se explica a los pacientes sobre los inconvenientes de la cirugía "la mayoría de los hombres se convence de que no hace falta operar, sino 'aprender a operar' con el pene y el resto del cuerpo hasta perfeccionar el desempeño sexual".
El médico resalta que el aporte real de la cirugía es sólo de uno o dos centímetros más y pueden quedar secuelas en el funcionamiento o la estética del pene.
En ese sentido, hace un llamado para que los hombres aprendan sobre las diferentes zonas eróticas de la mujer y subraya que no es necesario un pene demasiado largo para estimularlas durante la penetración sexual.
De acuerdo con el artículo, en Cuba el promedio de largo de un pene en erección está entre los once y quince centímetros.
Sin embargo, Fragas asegura que su equipo ha atendido a hombres que desean someterse a la operación "para no perder su relación" aún cuando sus penes están dentro o por encima de ese promedio.
Subraya que el equipo ha recibido decenas de solicitudes para las cirugías pero sólo se han operado 20 casos, en su mayoría por malformaciones.
"Solo en dos jóvenes de 20 años la cirugía fue sugerida por especialistas de salud mental del equipo multidisciplinario que atiende a estos casos, luego de agotar los recursos a su alcance para disuadirlos de esa idea irreductible de tener el pene pequeño", apuntó Fragas.
El artículo explica que científicamente se considera un "micropene" a un miembro que mida menos de cuatro centímetros en flacidez y alcance no más de 7.5 erecto, aunque aún así puede ser funcional.
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