De acuerdo con las palabras del ejecutivo, “si la PS4 se lanza en diciembre como ha indicado Sony, sólo ofrecerá la mitad del rendimiento de una GPU GTX680 (basándonos en GFLOPS y texturas), que fue lanzada en marzo de 2012, hace más de un año y medio”. Unas duras declaraciones que se pueden condensar de forma todavía más sucinta: “en comparación con los PCs de juegos, las especificaciones de la PS4 son más o menos como una CPU de gama baja y una GPU de gama baja a media”.
Por supuesto, cualquier jugador o aficionado al hardware medianamente avezado sabe que una potencia con características inferiores a un PC de campanillas va a seguir dando un rendimiento elevado gracias a que su hardware ha sido desarrollado específicamente para ser exprimido a tope (un buen ejemplo sería la Xbox original, en su momento criticada por ser prácticamente un PC disfrazado de consola). Tomasy así lo reconoce, pero tampoco está dispuesto a dar tregua a Sony o AMD en ese sentido, dado que no solo los PCs “son abiertos y pueden ser actualizados en cualquier momento” (no nos está descubriendo nada aquí) sino que además “si la historia predice el futuro, entonces estas consolas de nueva generación, aunque serán más potentes que las actuales, acabarán quedándose una orden de magnitud por detrás del PC muy rápidamente”.
Las palabras de Tomasy son duras, pero tampoco esperábamos loas al gran rival histórico de NVIDIA desde la muerte de 3dfx. Te dejamos si te parece con la pregunta: ¿crees que la PS4, con su nueva arquitectura x86 y GPU pecera, se quedará anticuada rápidamente, o simplemente NVIDIA quiere poner la zancadilla a AMD?
Fuente: Naciongamer
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